A despedir también se aprende
Los empresarios conocen al dedillo todas las opciones legales que tienen para despedir a un empleado. Pero, más allá de la parte legal y económica, todo proceso de despido encierra una historia humana, a veces dramática.
Una consultora enseña técnicas a los directivos para que tengan más tacto a la hora de comunicar un despido
Los empresarios conocen al dedillo todas las opciones legales que tienen para despedir a un empleado. Pero, más allá de la parte legal y económica, todo proceso de despido encierra una historia humana, a veces dramática. Yen las escuelas de negocios nadie enseña a los ejecutivos cómo afrontar un momento tan delicado.
"Un despido siempre es un trauma para el trabajador afectado pero el trauma suele empezar con la forma en que se les comunica, porque la mayoría de empresas lo hace fatal", explica Sylvia Taudien, de Advantage Consultores. Esta firma ofrece asesoramiento e incluso organiza seminarios específicos para enseñar a los directivos cómo afrontar con tacto el trance de comunicar un despido.
El lenguaje es trascendental porque "el trabajador se va a acordar durante toda la vida de lo que le digan en ese momento". El primer consejo es evitar las dos palabras tabú. "No debe mencionarse el verbo "echar" ni la palabra "despido", porque ambas tienen connotaciones negativas y suenan a un adiós definitivo", explica Taudien. En su lugar aconseja un eufemismo mucho más amable: "desvinculación".
El encargado de comunicar el despido debe ser el jefe directo del afectado, acompañado por el responsable de Recursos Humanos para que el ambiente sea más despersonalizado. "Hay empresas que dejan el trance en manos de un abogado, lo que supone una falta de respeto para el afectado", advierte Taudien.
Otra decisión clave es escoger el momento adecuado. Lo habitual es comunicar el despido un viernes a última hora, de forma que el afectado no tenga tiempo de reacción y no pueda ni despedirse de sus compañeros.
"Algunos directivos lo hacen así para poder irse de fin de semana tranquilos", lamenta Taudien. En su opinión el mejor momento es a principios de semana - "el martes es un día perfecto"-y al principio de la jornada laboral. Pero tampoco puede ser un martes cualquiera: el directivo debe informarse sobre la situación personal del afectado para escoger un día adecuado. "Hemos visto casos de empresas que comunican el despido a un empleado el día de su cumpleaños, mientras tiene a su esposa ingresada en el hospital o el mismo día en que acaban de despedir a un familiar en la misma compañía", explica Taudien.
El mensaje a transmitir debe prepararse previamente, definiendo de forma objetiva los motivos del despido y explicando al afectado que se le facilitarán referencias y, en su caso, servicios de recolocación. Según Advantage Consultores, "hay que ir al grano y transmitir la noticia durante los primeros 5 minutos, dejando un máximo de 30 minutos para escuchar la reacción del empleado y evitando hacer promesas o cambiar de opinión durante la reunión". Asimismo se recomienda evitar entrar en temas personales y acordar con el afectado el mensaje oficial que se dará a sus compañeros para justificar el despido. Mientras se produce esta reunión, los técnicos del departamento informático deben desactivar la cuenta del empleado para evitar que pueda volver a conectarse y utilizar la red de la empresa para transmitir mensajes críticos. Yes que, según Taudien, "todos somos buenos… hasta que nos despiden".
ENTREVISTA a Jorge Pavón, rble. de servicio corporativo de RRHH de T-Systems Iberia
"Es difícil, pero es una parte más de mi trabajo"
Jorge Pavón es uno de los directivos que ha recibido formación para aprender a comunicar despidos. Ya ha tenido ocasión de poner en práctica lo aprendido en muchas ocasiones - "demasiadas", reconoce-,ya que su empresa, T-Systems Iberia, presentó a finales del año pasado un ERE que afectó a cientos de trabajadores. "Pero cada caso es un mundo totalmente diferente del anterior - explica-.Cada vez que abordas la salida de un empleado aprendes algo nuevo".
A Pavón le pareció muy útilrecibir una formación específica en esta materia: "Todos los directivos deberían saber cómo comunicar un despido - asegura-.Normalmente nadie te lo explica y acabas aprendiendo sobre la marcha. Eso te genera preocupación y ansiedad porque no sabes cómo vas a abordar el tema ante el afectado. Cuantas más herramientas tengas para afrontarlo, mejor". Uno de los consejos que ha llevado a la práctica es el de la eleccion del día del despido. "Antes había una tendencia a comunicarlos los viernes por la tarde a últimahora pensando que así se reduciría el impacto - recuerda-.Desde que hicimos el curso preferimos hacerlo los lunes porque esto permite al afectado empezar al día siguiente a rehacer su vida y buscar un nuevo empleo".
Pavón asume con naturalidad el duro papel que su puesto le otorga: ser el encargado de comunicar los despidos a sus propios compañeros. "Es difícil, pero al fin y al cabo es una parte más de mi trabajo - explica-. Además creo que es una parte muy importante, porque tengo la posibilidad de ayudar a esa persona a asumir la noticia de la forma menos dura posible e intentar restaurar la imagen de mi compañía".
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Los empresarios conocen al dedillo todas las opciones legales que tienen para despedir a un empleado. Pero, más allá de la parte legal y económica, todo proceso de despido encierra una historia humana, a veces dramática. Yen las escuelas de negocios nadie enseña a los ejecutivos cómo afrontar un momento tan delicado.
"Un despido siempre es un trauma para el trabajador afectado pero el trauma suele empezar con la forma en que se les comunica, porque la mayoría de empresas lo hace fatal", explica Sylvia Taudien, de Advantage Consultores. Esta firma ofrece asesoramiento e incluso organiza seminarios específicos para enseñar a los directivos cómo afrontar con tacto el trance de comunicar un despido.
El lenguaje es trascendental porque "el trabajador se va a acordar durante toda la vida de lo que le digan en ese momento". El primer consejo es evitar las dos palabras tabú. "No debe mencionarse el verbo "echar" ni la palabra "despido", porque ambas tienen connotaciones negativas y suenan a un adiós definitivo", explica Taudien. En su lugar aconseja un eufemismo mucho más amable: "desvinculación".
El encargado de comunicar el despido debe ser el jefe directo del afectado, acompañado por el responsable de Recursos Humanos para que el ambiente sea más despersonalizado. "Hay empresas que dejan el trance en manos de un abogado, lo que supone una falta de respeto para el afectado", advierte Taudien.
Otra decisión clave es escoger el momento adecuado. Lo habitual es comunicar el despido un viernes a última hora, de forma que el afectado no tenga tiempo de reacción y no pueda ni despedirse de sus compañeros.
"Algunos directivos lo hacen así para poder irse de fin de semana tranquilos", lamenta Taudien. En su opinión el mejor momento es a principios de semana - "el martes es un día perfecto"-y al principio de la jornada laboral. Pero tampoco puede ser un martes cualquiera: el directivo debe informarse sobre la situación personal del afectado para escoger un día adecuado. "Hemos visto casos de empresas que comunican el despido a un empleado el día de su cumpleaños, mientras tiene a su esposa ingresada en el hospital o el mismo día en que acaban de despedir a un familiar en la misma compañía", explica Taudien.
El mensaje a transmitir debe prepararse previamente, definiendo de forma objetiva los motivos del despido y explicando al afectado que se le facilitarán referencias y, en su caso, servicios de recolocación. Según Advantage Consultores, "hay que ir al grano y transmitir la noticia durante los primeros 5 minutos, dejando un máximo de 30 minutos para escuchar la reacción del empleado y evitando hacer promesas o cambiar de opinión durante la reunión". Asimismo se recomienda evitar entrar en temas personales y acordar con el afectado el mensaje oficial que se dará a sus compañeros para justificar el despido. Mientras se produce esta reunión, los técnicos del departamento informático deben desactivar la cuenta del empleado para evitar que pueda volver a conectarse y utilizar la red de la empresa para transmitir mensajes críticos. Yes que, según Taudien, "todos somos buenos… hasta que nos despiden".
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Pavón asume con naturalidad el duro papel que su puesto le otorga: ser el encargado de comunicar los despidos a sus propios compañeros. "Es difícil, pero al fin y al cabo es una parte más de mi trabajo - explica-. Además creo que es una parte muy importante, porque tengo la posibilidad de ayudar a esa persona a asumir la noticia de la forma menos dura posible e intentar restaurar la imagen de mi compañía".
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