La experiencia 'también' aporta valor
El actual mercado laboral está lleno de gente con experiencia y con mucho talento pero que está desempleada por tener más de 50 años. Algunos de estos profesionales han conseguido aprovechar sus cualidades y rehacer su truncada carrera laboral con nuevos proyectos.
"Normalmente, me vienen a ver cuando empieza la sintomatología física, sobre todo, la alteración del sueño. Si vinieran antes se podrían tratar mejor", comenta el doctor Carles Lupresti, director de la unidad de psiquiatría i psicología del Hospital Quirón. refiriéndose a los directivos que en los últimos años han pasado por su consulta. "En general, su autoestima está por los suelos. Es un pez que se muerde la cola. Puedes tener una autoestima intermedia, pero si somatizas las tensiones, físicamente estás mal, la autoestima se va por los suelos... y te encuentras peor. Para ellos, no hay mejor tratamiento que el de recuperar la ilusión por llevar a cabo algún proyecto profesional con el que se vuelvan a sentir útiles, al margen de la remuneración, aunque no siempre se consigue". Y añade, "Hoy en el mercado hay muchas personas con experiencia, muy buenas, que están forzadamente ociosas...".
Y en estas estamos. Un mercado lleno de gente talentosa con el pecado de tener 50 o más años. Se trata de profesionales muy preparados, con carreras de éxito a sus espaldas que las organizaciones han expulsado por un motivo de coste. ¿Cómo aprovechar su experiencia y su sentido común? Pablo Soucheiron, director de marketing y ventas de Find a Way, una firma catalana de servicios de asesoramiento a empresas, explica su caso, que es perfectamente extrapolable. "En el 2012 tuve que irme de una multinacional donde dirigía una unidad de negocio. Me puse a buscar trabajo y participé en outplacement para directivos, donde encontré a gente de mi edad, alrededor de los 50, con elevada formación. En el primer año sólo uno encontró trabajo. Entonces decidí dejar de buscar empleo por la vía normal y empecé con los proyectos en Find a Way".
El director general de la firma, Eduardo Salvador, explica que acuden directivos que habitualmente han pasado por tres fases desde que han perdido el trabajo. "Han ido a un head hunter que no les ha encontrado trabajo porque no lo había, después miran su red personal y van a Linkedin, dónde, al estar en los 50, habitualmente reciben un mail dándoles las gracias por presentar su candidatura... si lo reciben. Después tratan de montarse por su cuenta, lo que no resulta fácil, empezar una tarea comercial, encontrar un proyecto, cobrarlo... y vuelta a empezar. No todos salen bien".
¿Y entonces? "A Find a Way vienen directivos con baja autoestima y lo que es más preocupante, sin saber qué hacer, sin saber por dónde empezar", dice Soucheiron, quien añade, "Con nosotros remontan. Solo es cuestión de que sean capaces de cambiar el chip. Hay oportunidades y deben encontrarse. Y aquí les ayudamos a ello". Lo importante en estos casos para el doctor Lupresti es ver "hasta que punto uno cree en sus posibilidades y cual es su capacidad para encajar las adversidades". Por ello es bueno, entre otras cosas, pasar un periodo de aprendizaje hasta que uno vuelva a ser productivo por sí mismo. Muchas veces convivir en un entorno de gente que ha pasado por lo mismo ayuda.
¿Qué pasos se dan para colocarse bajo el paraguas de Find a Way? En primer lugar, se hacen varias entrevistas para valorar las capacidades del directivo o mando intermedio que quiere entrar, como conocimientos, integración, trabajo en equipo... "Hay dos preguntas clave", dice Eduardo Salvador. "Qué sabes hacer y qué quieres hacer". Una vez se ha visto que la persona puede integrarse, el segundo paso es el "plan de acción personal". Aquí quien entra aporta su lista de clientes potenciales del ámbito decidido, y desde Find a Way se complementa y se le da todo el apoyo comercial que precise. El tercer paso es aceptar el sistema de funcionamiento de los ingresos. "Una vez se cierra un proyecto, el prescriptor -suele ser uno de los colaboradores- se lleva una comisión. La parte importante de la factura se va lógicamente a quien desarrolla el proyecto, que puede hacerlo solo o con apoyo de otros colaboradores de la firma. Otra parte es el management fee -para financiar el back office- y finalmente una última constituye el margen de contribución para Find a Way que en su mayor parte va a financiar gastos fijos", explica Soucheiron.
Una de las peculiaridades del sistema, que destaca Salvador es la generosidad, es decir, que en cada proyecto haya colaboradores de diversas especialidades, ya que así el trabajo se reparte y repercute positivamente para todos, colaboradores y clientes. "Hay gente ambiciosa y egoísta y gente ambiciosa y generosa. Solo queremos a estos", concluye.
Algunas de las características de este sistema es que los colaboradores son "full time" y dentro pueden formarse en otras materias de la gestión, ya que hay buenos especialistas. "Como entran personas de muy distintas procedencias, con metodologías propias, hay que formarles en una nueva metodología que usamos todos. Siempre quien factura es Find a Way", dice Soucheiron. Y, por último, ambos citan la transparencia. "Como la retribución no es fija, dar publicidad de lo que gana cada uno se convierte en un elemento de motivación".
Contrasentidos estadísticos
Los datos de la EPA del cuarto trimestre levantaron la sospecha de que algo no cuadraba demasiado con la realidad del mercado laboral. Recordemos que de la misma se desprendía que 65 de cada 100 nuevos ocupados a lo largo de 2014 eran personas mayores de 50 años. ¿Es posible que dos de cada tres trabajadores reocupados sean de esta edad, cuando la experiencia nos dice que en el mercado a los 45 uno ya empieza a ser “mayor”? Si nos ceñimos a Catalunya y saltamos de la EPA a las cifras del paro registrado cambia un poco la visión tan optimista de la Encuesta. Veamos. De entrada, se ve que el 40% de los parados catalanes tiene más de 50 años, casi la mitad lleva más de 24 meses buscando trabajo sin encontrarlo y entre el colectivo que lleva más de 2 años en esta tesitura suponen el 62%. Evidentemente son dos fuentes y dos territorios distintos Pero las cifras que se apuntan son excesivamente dispares. El sentido común induce a pensar que estos últimos datos se ajustan bastante más a la realidad. Pero mientras no haya acercamiento enlas estadísticas, seguirá la duda.
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"Normalmente, me vienen a ver cuando empieza la sintomatología física, sobre todo, la alteración del sueño. Si vinieran antes se podrían tratar mejor", comenta el doctor Carles Lupresti, director de la unidad de psiquiatría i psicología del Hospital Quirón. refiriéndose a los directivos que en los últimos años han pasado por su consulta. "En general, su autoestima está por los suelos. Es un pez que se muerde la cola. Puedes tener una autoestima intermedia, pero si somatizas las tensiones, físicamente estás mal, la autoestima se va por los suelos... y te encuentras peor. Para ellos, no hay mejor tratamiento que el de recuperar la ilusión por llevar a cabo algún proyecto profesional con el que se vuelvan a sentir útiles, al margen de la remuneración, aunque no siempre se consigue". Y añade, "Hoy en el mercado hay muchas personas con experiencia, muy buenas, que están forzadamente ociosas...".
Y en estas estamos. Un mercado lleno de gente talentosa con el pecado de tener 50 o más años. Se trata de profesionales muy preparados, con carreras de éxito a sus espaldas que las organizaciones han expulsado por un motivo de coste. ¿Cómo aprovechar su experiencia y su sentido común? Pablo Soucheiron, director de marketing y ventas de Find a Way, una firma catalana de servicios de asesoramiento a empresas, explica su caso, que es perfectamente extrapolable. "En el 2012 tuve que irme de una multinacional donde dirigía una unidad de negocio. Me puse a buscar trabajo y participé en outplacement para directivos, donde encontré a gente de mi edad, alrededor de los 50, con elevada formación. En el primer año sólo uno encontró trabajo. Entonces decidí dejar de buscar empleo por la vía normal y empecé con los proyectos en Find a Way".
El director general de la firma, Eduardo Salvador, explica que acuden directivos que habitualmente han pasado por tres fases desde que han perdido el trabajo. "Han ido a un head hunter que no les ha encontrado trabajo porque no lo había, después miran su red personal y van a Linkedin, dónde, al estar en los 50, habitualmente reciben un mail dándoles las gracias por presentar su candidatura... si lo reciben. Después tratan de montarse por su cuenta, lo que no resulta fácil, empezar una tarea comercial, encontrar un proyecto, cobrarlo... y vuelta a empezar. No todos salen bien".
¿Y entonces? "A Find a Way vienen directivos con baja autoestima y lo que es más preocupante, sin saber qué hacer, sin saber por dónde empezar", dice Soucheiron, quien añade, "Con nosotros remontan. Solo es cuestión de que sean capaces de cambiar el chip. Hay oportunidades y deben encontrarse. Y aquí les ayudamos a ello". Lo importante en estos casos para el doctor Lupresti es ver "hasta que punto uno cree en sus posibilidades y cual es su capacidad para encajar las adversidades". Por ello es bueno, entre otras cosas, pasar un periodo de aprendizaje hasta que uno vuelva a ser productivo por sí mismo. Muchas veces convivir en un entorno de gente que ha pasado por lo mismo ayuda.
¿Qué pasos se dan para colocarse bajo el paraguas de Find a Way? En primer lugar, se hacen varias entrevistas para valorar las capacidades del directivo o mando intermedio que quiere entrar, como conocimientos, integración, trabajo en equipo... "Hay dos preguntas clave", dice Eduardo Salvador. "Qué sabes hacer y qué quieres hacer". Una vez se ha visto que la persona puede integrarse, el segundo paso es el "plan de acción personal". Aquí quien entra aporta su lista de clientes potenciales del ámbito decidido, y desde Find a Way se complementa y se le da todo el apoyo comercial que precise. El tercer paso es aceptar el sistema de funcionamiento de los ingresos. "Una vez se cierra un proyecto, el prescriptor -suele ser uno de los colaboradores- se lleva una comisión. La parte importante de la factura se va lógicamente a quien desarrolla el proyecto, que puede hacerlo solo o con apoyo de otros colaboradores de la firma. Otra parte es el management fee -para financiar el back office- y finalmente una última constituye el margen de contribución para Find a Way que en su mayor parte va a financiar gastos fijos", explica Soucheiron.
Una de las peculiaridades del sistema, que destaca Salvador es la generosidad, es decir, que en cada proyecto haya colaboradores de diversas especialidades, ya que así el trabajo se reparte y repercute positivamente para todos, colaboradores y clientes. "Hay gente ambiciosa y egoísta y gente ambiciosa y generosa. Solo queremos a estos", concluye.
Algunas de las características de este sistema es que los colaboradores son "full time" y dentro pueden formarse en otras materias de la gestión, ya que hay buenos especialistas. "Como entran personas de muy distintas procedencias, con metodologías propias, hay que formarles en una nueva metodología que usamos todos. Siempre quien factura es Find a Way", dice Soucheiron. Y, por último, ambos citan la transparencia. "Como la retribución no es fija, dar publicidad de lo que gana cada uno se convierte en un elemento de motivación".
Contrasentidos estadísticos
Los datos de la EPA del cuarto trimestre levantaron la sospecha de que algo no cuadraba demasiado con la realidad del mercado laboral. Recordemos que de la misma se desprendía que 65 de cada 100 nuevos ocupados a lo largo de 2014 eran personas mayores de 50 años. ¿Es posible que dos de cada tres trabajadores reocupados sean de esta edad, cuando la experiencia nos dice que en el mercado a los 45 uno ya empieza a ser “mayor”? Si nos ceñimos a Catalunya y saltamos de la EPA a las cifras del paro registrado cambia un poco la visión tan optimista de la Encuesta. Veamos. De entrada, se ve que el 40% de los parados catalanes tiene más de 50 años, casi la mitad lleva más de 24 meses buscando trabajo sin encontrarlo y entre el colectivo que lleva más de 2 años en esta tesitura suponen el 62%. Evidentemente son dos fuentes y dos territorios distintos Pero las cifras que se apuntan son excesivamente dispares. El sentido común induce a pensar que estos últimos datos se ajustan bastante más a la realidad. Pero mientras no haya acercamiento enlas estadísticas, seguirá la duda.
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