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Where machines could replace humans-and where they can’t (yet) [Dónde las máquinas pueden substituir a los humanos –y dónde no (todavía)]

¿Podrán los robots reemplazar cualquier trabajo humano en los próximos años? Algunas profesiones son más susceptibles de ser desarrolladas por máquinas que otras, pues el potencial técnico para la automatización difiere considerablemente entre los distintos sectores de actividad y niveles profesionales. Tras haber analizado más de 2.000 actividades profesionales en Estados Unidos, McKinsey Quarterly expone qué empleos tienen las de perder en la carrera contra las máquinas y cuáles mantendrán de momento su ventaja.

A medida que las tecnologías de la automatización, como el aprendizaje por parte de las máquinas y la robótica, juegan un papel cada vez mayor en la vida cotidiana, su efecto potencial en el mundo laboral se ha convertido como era de esperar en un importante foco de investigación y preocupación pública. El debate tiende a dirigirse hacia una hipótesis un poco maniquea: ¿qué puestos de trabajo serán o no serán substituidos por las máquinas?

De hecho, como nuestra investigación ha empezado a mostrar, la historia tiene más matices. Aunque la automatización eliminará del todo unas pocas profesiones en la próxima década, afectará a porciones de casi todos los empleos en mayor o menor medida, dependiendo del tipo de trabajo que conlleven. La automatización, que ahora está yendo más allá de las actividades manufactureras más comunes, tiene el potencial, al menos teniendo en cuenta su viabilidad técnica, de transformar sectores como el sanitario o el financiero y que implican una parte sustancial de trabajo del conocimiento.

Estas conclusiones se basan en un análisis detallado de más de 2.000 actividades laborales para más de 800 profesiones. Utilizando datos del US Bureau of Labor Statistics y O*Net, hemos cuantificado tanto la cantidad de tiempo dedicado a esas actividades por toda la economía de Estados Unidos como la viabilidad técnica de automatizar cada una de ellas.

El año pasado, mostramos que las tecnologías actualmente probadas podrían automatizar el 45% de las actividades por las que se paga a personas para que las lleven a cabo y alrededor del 60% de todas las profesiones podrían ver el 30% o más de sus actividades automatizadas, también contando con las tecnologías ya disponibles hoy en día. En este artículo examinamos la viabilidad técnica, usando tecnologías contrastadas actualmente, de automatizar tres grupos de actividades profesionales: las altamente susceptibles, las medianamente susceptibles y las menos susceptibles a la automatización.

Comprender el potencial de la automatización

Cuando hablamos de automatización nos referimos al potencial de una actividad cualquiera para ser automatizada adoptando las tecnologías actuales, es decir, si la automatización de dicha actividad es hoy técnicamente viable. Cada profesión en su conjunto se compone de varios tipos de actividades, cada una con diferentes grados de viabilidad técnica. Puesto que todas esas actividades constituyentes de cada profesión tienen un potencial de automatización diferente, hemos llegado a una estimación general para el sector examinando el tiempo que los trabajadores invierten en cada una de ellas durante la semana laboral.

La viabilidad técnica es un requisito previo necesario para la automatización, pero no un predictor completo de que una actividad se vaya a automatizar. Un segundo factor a considerar es el coste del desarrollo e implementación tanto del hardware como del software para dicha automatización. El coste de la mano de obra y las dinámicas relacionadas con la oferta y la demanda representan un tercer factor: si los trabajadores abundan y son significativamente menos costosos que la automatización, éste podría ser un argumento decisivo en contra de la misma. Un cuarto factor a tener en cuenta son los beneficios más allá de la sustitución de la mano de obra, incluyendo unos niveles más altos de rendimiento, mejor calidad y menos errores. Los beneficios de estos últimos elementos son a menudo mayores que los de reducir los costes laborales. También deben pesar los asuntos regulatorios y de aceptación social, como el grado en que las máquinas serán aceptadas en cualquier contexto particular. Por ejemplo un robot podría, en teoría, ser capaz de reemplazar algunas de las funciones de una enfermera. Pero, por ahora, la posibilidad de que esto realmente ocurra de un modo altamente ostensible podría resultar difícil de aceptar para muchos pacientes, que esperan un contacto humano. El potencial de la automatización para arraigar en un sector o actividad refleja una sutil interacción entre todos los factores expuestos.

Incluso cuando las máquinas relevan a algunas actividades humanas en una profesión, no implica necesariamente el fin del empleo en esa línea de trabajo. Por el contrario, su número a veces se incrementa en profesiones que han sido parcialmente automatizadas, a causa de que la demanda total de dichas actividades se mantiene al alza.

Las actividades más automatizables

Casi una quinta parte del tiempo invertido en los entornos de trabajo de EEUU consiste en realizar actividades físicas u operar maquinaria en un entorno predecible: los trabajadores llevan a cabo acciones específicas en entornos muy conocidos donde los cambios son fáciles de anticipar. A través de la adaptación y la adopción de tecnologías actualmente disponibles, estimamos que la viabilidad técnica de automatizar dichas actividades es del 78%. Ya que las actividades físicas predecibles ocupan un lugar destacado en sectores como la manufactura, la hostelería y la venta al por menor, éstos son las más susceptibles a la automatización basándonos únicamente en consideraciones técnicas. Por ejemplo, en la industria manufacturera realizar actividades físicas u operar maquinaria en un entorno predecible representa un tercio del tiempo total de los trabajadores.

Pero realmente el que ocupa el primer lugar de los sectores más automatizables de la economía norteamericana es la hostelería, donde casi la mitad de todo el tiempo de trabajo incluye actividades físicas predecibles y el manejo de maquinaria: preparar, cocinar o servir comida; limpiar las zonas de preparación de comida; preparar bebidas frías y calientes; y recoger platos sucios. Según nuestro análisis, el 73% de las actividades que los trabajadores desempeñan en la hostelería tiene potencial para la automatización, en base a consideraciones técnicas.

El comercio minorista es otro sector con un alto potencial técnico para la automatización. Estimamos que el 53% de sus actividades son automatizables, aunque, como ocurre en el sector manufacturero, depende mucho de la profesión específica. Por ejemplo, los vendedores pueden aprovecharse de una eficiente gestión tecnológica de los stocks y de la logística. Pero la venta minorista también requiere habilidades cognitivas y sociales. Asesorar a los clientes sobre qué corte es el mejor para la carne o sobre qué color de zapatos comprar requiere de juicio y de inteligencia emocional. Calculamos que el 47% de las actividades de un vendedor tienen el potencial técnico para ser automatizadas.

De todos modos, como hemos señalado anteriormente que una actividad pueda automatizarse no significa que vaya a finalmente serlo, pues entran en juego factores económicos más amplios.

Actividades y sectores en un rango medio para la automatización

A través de todas las profesiones en la economía de Estados Unidos, un tercio del tiempo en  el lugar de trabajo consiste en recopilar y procesar datos. Ambas actividades tienen un potencial técnico de automatización superior al 60%.

Los seguros y los servicios financieros proporcionan un ejemplo de ello. El mundo de las finanzas se basa en la experiencia profesional: operadores de Bolsa y banqueros de entidades de inversión viven de su ingenio. Sin embargo, alrededor del 50% del tiempo total de la fuerza de trabajo en finanzas y seguros se dedica a la recolección y procesamiento de datos, donde el potencial técnico para la automatización es alto.

Como resultado, el sector financiero tiene el potencial técnico para automatizar actividades de hasta el 43% del tiempo de sus trabajadores. Una vez más, el potencial es mucho mayor para algunas profesiones que para otras. Por ejemplo, se estima que los agentes hipotecarios invierten hasta el 90% de su tiempo procesando solicitudes. Poniendo en marcha unos procesos más sofisticados de verificación de documentos y de solicitudes de crédito podrían reducir esa proporción a un 60%. Eso liberaría a los asesores hipotecarios para centrarse más tiempo en el asesoramiento directo a clientes. Tanto el cliente como la entidad hipotecaria lograrían mayor valor.

Otras actividades en la gama media de potencial técnico para la automatización implican grandes cantidades de actividad física o de operación de maquinaria en entornos impredecibles. Este tipo de actividades conforman una alta proporción del trabajo en sectores como la agricultura, la silvicultura y la construcción y puede encontrarse en muchos otros sectores. Los ejemplos incluyen operar una grúa en una obra de construcción, proporcionar atención médica de primeros auxilios, recoger basura en las zonas públicas, montar equipos y materiales en el aula y hacer las camas en habitaciones de hotel. Las dos últimas actividades son impredecibles en gran parte porque su entorno es cambiante. Los niños dejan bolsas, libros y abrigos de un modo aparentemente aleatorio. Del mismo modo, los diferentes huéspedes dejan caer las almohadas en diferentes lugares, dejan o no ropa encima de sus camas y llenan de cosas el suelo de maneras diversas.

Todas estas actividades, que requieren mayor flexibilidad que en un entorno predecible, son por ahora más difíciles de automatizar con las tecnologías actualmente probadas: su potencial de automatización es del 25%. Si la tecnología avanzara para manejar entornos impredecibles con la misma facilidad que los predecibles, su potencial de automatización saltaría hasta el 67%.

Actividades con bajo potencial técnico para la automatización

Las actividades más difíciles de automatizar con tecnologías actualmente disponibles son aquellas que implican la gestión y desarrollo de personas (9% de automatización potencial) o que aplican conocimientos para la toma de decisiones, la planificación o el trabajo creativo (18%). Dichas actividades, a menudo caracterizadas como trabajos del conocimiento, pueden ser tan variadas como la codificación de software, crear menús o redactar materiales de promoción. Por ahora, los ordenadores hacen un excelente trabajo con actividades muy definidas, como la optimización de rutas de camiones, pero los seres humanos siguen siendo necesario para determinar los objetivos adecuados, interpretar los resultados o hacer comprobaciones basadas en el sentido común para hallar soluciones. La importancia de la interacción humana es evidente en dos sectores que, hasta ahora, tienen un relativamente bajo potencial técnico para la automatización: salud y educación.

En general, el sector sanitario tiene un potencial técnico para la automatización de un 36%, pero ese potencial es menor para aquellos profesionales de la salud cuyas actividades diarias requieren expertise y contacto directo con los pacientes. Por ejemplo, estimamos que menos del 30% de las actividades de una enfermera certificada podrían ser automatizadas, basándonos solamente en consideraciones técnicas. Para higienistas dentales, esa proporción baja hasta el 13%.

Sin embargo, algunas actividades del sector sanitario, incluyendo la preparación de alimentos en hospitales y la administración de medicamentos no intravenosos, podrían automatizarse si se adaptaran las tecnologías actualmente disponibles. La recopilación de datos, que también representa una cantidad significativa del tiempo de trabajo en el sector, también podría automatizarse más.

De todos los sectores que hemos examinado, la viabilidad técnica más baja para la automatización se da en la educación, al menos por ahora, pues la esencia de la enseñanza son los conocimientos profundos y las interacciones complejas con otras personas.

Aún así, el 27% de las actividades del sector educativo —sobre todo las que ocurren fuera del aula— tienen el potencial para ser automatizadas gracias a las tecnologías disponibles en la actualidad.

Mirar hacia adelante

A medida que se desarrollen la tecnología, la robótica y el aprendizaje de las máquinas, harán mayores incursiones en las actividades que hoy tienen aún escaso potencial técnico de automatización.

Uno de los mayores avances tecnológicos llegaría si las máquinas desarrollaran la comprensión del lenguaje natural a un nivel equivalente al del rendimiento humano medio —es decir, si los ordenadores ganaran la habilidad de identificar los conceptos en la comunicación diaria entre personas. En venta al por menor, tales avances en el lenguaje natural aumentarían el potencial técnico para la automatización de un 53% del tiempo total de trabajo a un 60%. En finanzas y seguros, el salto sería aún mayor, del 43 al 66%. En salud también. Aunque no creemos que las tecnologías actuales puedan cumplir con todas las actividades necesarias para diagnosticar y tratar a los pacientes, irán haciéndose más capaces con el tiempo. Los robots     quizá no puedan limpiarte los dientes o enseñarles a tus hijos todavía, pero eso no significa que no lo vayan a hacer en el futuro.

Dirigir empresas más automatizadas

La automatización podría transformar el entorno laboral para todos, incluyendo a la alta dirección. La rápida evolución de la tecnología puede sacar partido de sus potencialidades y evitar los escollos especialmente complejos.

Por la cuenta que les trae, los altos ejecutivos serán los primeros en identificar donde la automatización puede transformar sus propias organizaciones y a continuación establecer un plan para migrar hacia los nuevos procesos de negocio que posibiliten esa automatización. Como hemos observado, la pregunta clave será dónde y cómo abrir ese grifo de valor, dado el coste de reemplazar el trabajo humano por máquinas. La mayoría de los beneficios pueden venir no de reducir los costes laborales sino de aumentar la productividad mediante menos errores, aumento de resultados y mejora de la calidad, seguridad y velocidad.

Nunca es demasiado pronto para prepararse por el futuro. Para estar listos para los avances de la automatización mañana, los ejecutivos deben retarse a ellos mismos a comprender las tecnologías de datos y de automatización en el horizonte actual. Pero más que datos y destreza tecnológica, es necesario captar el valor de la automatización. Los desafíos más importantes se encuentran en los cambios organizativos y laborales que los líderes deberán afrontar a medida que la automatización cambie totalmente los procesos de negocio, así como la cultura organizativa que tendrá que aprender a contemplar la automatización como una palanca fiable de mejora de la productividad. Los máximos dirigentes de las organizaciones, por su parte, deberán dar libertad de manera opuesta a un siglo precedente de desarrollo organizativo.


*Chui, Michael; Manyika, James; Miremadi, Mehdi. “Where machines could replace humans -and where they can’t (yet)”. McKinsey Quarterly, 07/2016 (Artículo consultado on line el 13/07/2016).

Acceso a la noticia: http://www.mckinsey.com/business-functions/business-technology/our-insights/where-machines-could-replace-humans-and-where-they-cant-yet

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Artículo de opinión: Un futuro de robots y personas
¿Personas electrónicas o máquinas?


Adjunto/s asociado/s:

pdfEl potencial técnico para la automatización en EEUU

Resum fet per Elena Gisbert (factorhuma.org)

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A medida que las tecnologías de la automatización, como el aprendizaje por parte de las máquinas y la robótica, juegan un papel cada vez mayor en la vida cotidiana, su efecto potencial en el mundo laboral se ha convertido como era de esperar en un importante foco de investigación y preocupación pública. El debate tiende a dirigirse hacia una hipótesis un poco maniquea: ¿qué puestos de trabajo serán o no serán substituidos por las máquinas?

De hecho, como nuestra investigación ha empezado a mostrar, la historia tiene más matices. Aunque la automatización eliminará del todo unas pocas profesiones en la próxima década, afectará a porciones de casi todos los empleos en mayor o menor medida, dependiendo del tipo de trabajo que conlleven. La automatización, que ahora está yendo más allá de las actividades manufactureras más comunes, tiene el potencial, al menos teniendo en cuenta su viabilidad técnica, de transformar sectores como el sanitario o el financiero y que implican una parte sustancial de trabajo del conocimiento.

Estas conclusiones se basan en un análisis detallado de más de 2.000 actividades laborales para más de 800 profesiones. Utilizando datos del US Bureau of Labor Statistics y O*Net, hemos cuantificado tanto la cantidad de tiempo dedicado a esas actividades por toda la economía de Estados Unidos como la viabilidad técnica de automatizar cada una de ellas.

El año pasado, mostramos que las tecnologías actualmente probadas podrían automatizar el 45% de las actividades por las que se paga a personas para que las lleven a cabo y alrededor del 60% de todas las profesiones podrían ver el 30% o más de sus actividades automatizadas, también contando con las tecnologías ya disponibles hoy en día. En este artículo examinamos la viabilidad técnica, usando tecnologías contrastadas actualmente, de automatizar tres grupos de actividades profesionales: las altamente susceptibles, las medianamente susceptibles y las menos susceptibles a la automatización.

Comprender el potencial de la automatización

Cuando hablamos de automatización nos referimos al potencial de una actividad cualquiera para ser automatizada adoptando las tecnologías actuales, es decir, si la automatización de dicha actividad es hoy técnicamente viable. Cada profesión en su conjunto se compone de varios tipos de actividades, cada una con diferentes grados de viabilidad técnica. Puesto que todas esas actividades constituyentes de cada profesión tienen un potencial de automatización diferente, hemos llegado a una estimación general para el sector examinando el tiempo que los trabajadores invierten en cada una de ellas durante la semana laboral.

La viabilidad técnica es un requisito previo necesario para la automatización, pero no un predictor completo de que una actividad se vaya a automatizar. Un segundo factor a considerar es el coste del desarrollo e implementación tanto del hardware como del software para dicha automatización. El coste de la mano de obra y las dinámicas relacionadas con la oferta y la demanda representan un tercer factor: si los trabajadores abundan y son significativamente menos costosos que la automatización, éste podría ser un argumento decisivo en contra de la misma. Un cuarto factor a tener en cuenta son los beneficios más allá de la sustitución de la mano de obra, incluyendo unos niveles más altos de rendimiento, mejor calidad y menos errores. Los beneficios de estos últimos elementos son a menudo mayores que los de reducir los costes laborales. También deben pesar los asuntos regulatorios y de aceptación social, como el grado en que las máquinas serán aceptadas en cualquier contexto particular. Por ejemplo un robot podría, en teoría, ser capaz de reemplazar algunas de las funciones de una enfermera. Pero, por ahora, la posibilidad de que esto realmente ocurra de un modo altamente ostensible podría resultar difícil de aceptar para muchos pacientes, que esperan un contacto humano. El potencial de la automatización para arraigar en un sector o actividad refleja una sutil interacción entre todos los factores expuestos.

Incluso cuando las máquinas relevan a algunas actividades humanas en una profesión, no implica necesariamente el fin del empleo en esa línea de trabajo. Por el contrario, su número a veces se incrementa en profesiones que han sido parcialmente automatizadas, a causa de que la demanda total de dichas actividades se mantiene al alza.

Las actividades más automatizables

Casi una quinta parte del tiempo invertido en los entornos de trabajo de EEUU consiste en realizar actividades físicas u operar maquinaria en un entorno predecible: los trabajadores llevan a cabo acciones específicas en entornos muy conocidos donde los cambios son fáciles de anticipar. A través de la adaptación y la adopción de tecnologías actualmente disponibles, estimamos que la viabilidad técnica de automatizar dichas actividades es del 78%. Ya que las actividades físicas predecibles ocupan un lugar destacado en sectores como la manufactura, la hostelería y la venta al por menor, éstos son las más susceptibles a la automatización basándonos únicamente en consideraciones técnicas. Por ejemplo, en la industria manufacturera realizar actividades físicas u operar maquinaria en un entorno predecible representa un tercio del tiempo total de los trabajadores.

Pero realmente el que ocupa el primer lugar de los sectores más automatizables de la economía norteamericana es la hostelería, donde casi la mitad de todo el tiempo de trabajo incluye actividades físicas predecibles y el manejo de maquinaria: preparar, cocinar o servir comida; limpiar las zonas de preparación de comida; preparar bebidas frías y calientes; y recoger platos sucios. Según nuestro análisis, el 73% de las actividades que los trabajadores desempeñan en la hostelería tiene potencial para la automatización, en base a consideraciones técnicas.

El comercio minorista es otro sector con un alto potencial técnico para la automatización. Estimamos que el 53% de sus actividades son automatizables, aunque, como ocurre en el sector manufacturero, depende mucho de la profesión específica. Por ejemplo, los vendedores pueden aprovecharse de una eficiente gestión tecnológica de los stocks y de la logística. Pero la venta minorista también requiere habilidades cognitivas y sociales. Asesorar a los clientes sobre qué corte es el mejor para la carne o sobre qué color de zapatos comprar requiere de juicio y de inteligencia emocional. Calculamos que el 47% de las actividades de un vendedor tienen el potencial técnico para ser automatizadas.

De todos modos, como hemos señalado anteriormente que una actividad pueda automatizarse no significa que vaya a finalmente serlo, pues entran en juego factores económicos más amplios.

Actividades y sectores en un rango medio para la automatización

A través de todas las profesiones en la economía de Estados Unidos, un tercio del tiempo en  el lugar de trabajo consiste en recopilar y procesar datos. Ambas actividades tienen un potencial técnico de automatización superior al 60%.

Los seguros y los servicios financieros proporcionan un ejemplo de ello. El mundo de las finanzas se basa en la experiencia profesional: operadores de Bolsa y banqueros de entidades de inversión viven de su ingenio. Sin embargo, alrededor del 50% del tiempo total de la fuerza de trabajo en finanzas y seguros se dedica a la recolección y procesamiento de datos, donde el potencial técnico para la automatización es alto.

Como resultado, el sector financiero tiene el potencial técnico para automatizar actividades de hasta el 43% del tiempo de sus trabajadores. Una vez más, el potencial es mucho mayor para algunas profesiones que para otras. Por ejemplo, se estima que los agentes hipotecarios invierten hasta el 90% de su tiempo procesando solicitudes. Poniendo en marcha unos procesos más sofisticados de verificación de documentos y de solicitudes de crédito podrían reducir esa proporción a un 60%. Eso liberaría a los asesores hipotecarios para centrarse más tiempo en el asesoramiento directo a clientes. Tanto el cliente como la entidad hipotecaria lograrían mayor valor.

Otras actividades en la gama media de potencial técnico para la automatización implican grandes cantidades de actividad física o de operación de maquinaria en entornos impredecibles. Este tipo de actividades conforman una alta proporción del trabajo en sectores como la agricultura, la silvicultura y la construcción y puede encontrarse en muchos otros sectores. Los ejemplos incluyen operar una grúa en una obra de construcción, proporcionar atención médica de primeros auxilios, recoger basura en las zonas públicas, montar equipos y materiales en el aula y hacer las camas en habitaciones de hotel. Las dos últimas actividades son impredecibles en gran parte porque su entorno es cambiante. Los niños dejan bolsas, libros y abrigos de un modo aparentemente aleatorio. Del mismo modo, los diferentes huéspedes dejan caer las almohadas en diferentes lugares, dejan o no ropa encima de sus camas y llenan de cosas el suelo de maneras diversas.

Todas estas actividades, que requieren mayor flexibilidad que en un entorno predecible, son por ahora más difíciles de automatizar con las tecnologías actualmente probadas: su potencial de automatización es del 25%. Si la tecnología avanzara para manejar entornos impredecibles con la misma facilidad que los predecibles, su potencial de automatización saltaría hasta el 67%.

Actividades con bajo potencial técnico para la automatización

Las actividades más difíciles de automatizar con tecnologías actualmente disponibles son aquellas que implican la gestión y desarrollo de personas (9% de automatización potencial) o que aplican conocimientos para la toma de decisiones, la planificación o el trabajo creativo (18%). Dichas actividades, a menudo caracterizadas como trabajos del conocimiento, pueden ser tan variadas como la codificación de software, crear menús o redactar materiales de promoción. Por ahora, los ordenadores hacen un excelente trabajo con actividades muy definidas, como la optimización de rutas de camiones, pero los seres humanos siguen siendo necesario para determinar los objetivos adecuados, interpretar los resultados o hacer comprobaciones basadas en el sentido común para hallar soluciones. La importancia de la interacción humana es evidente en dos sectores que, hasta ahora, tienen un relativamente bajo potencial técnico para la automatización: salud y educación.

En general, el sector sanitario tiene un potencial técnico para la automatización de un 36%, pero ese potencial es menor para aquellos profesionales de la salud cuyas actividades diarias requieren expertise y contacto directo con los pacientes. Por ejemplo, estimamos que menos del 30% de las actividades de una enfermera certificada podrían ser automatizadas, basándonos solamente en consideraciones técnicas. Para higienistas dentales, esa proporción baja hasta el 13%.

Sin embargo, algunas actividades del sector sanitario, incluyendo la preparación de alimentos en hospitales y la administración de medicamentos no intravenosos, podrían automatizarse si se adaptaran las tecnologías actualmente disponibles. La recopilación de datos, que también representa una cantidad significativa del tiempo de trabajo en el sector, también podría automatizarse más.

De todos los sectores que hemos examinado, la viabilidad técnica más baja para la automatización se da en la educación, al menos por ahora, pues la esencia de la enseñanza son los conocimientos profundos y las interacciones complejas con otras personas.

Aún así, el 27% de las actividades del sector educativo —sobre todo las que ocurren fuera del aula— tienen el potencial para ser automatizadas gracias a las tecnologías disponibles en la actualidad.

Mirar hacia adelante

A medida que se desarrollen la tecnología, la robótica y el aprendizaje de las máquinas, harán mayores incursiones en las actividades que hoy tienen aún escaso potencial técnico de automatización.

Uno de los mayores avances tecnológicos llegaría si las máquinas desarrollaran la comprensión del lenguaje natural a un nivel equivalente al del rendimiento humano medio —es decir, si los ordenadores ganaran la habilidad de identificar los conceptos en la comunicación diaria entre personas. En venta al por menor, tales avances en el lenguaje natural aumentarían el potencial técnico para la automatización de un 53% del tiempo total de trabajo a un 60%. En finanzas y seguros, el salto sería aún mayor, del 43 al 66%. En salud también. Aunque no creemos que las tecnologías actuales puedan cumplir con todas las actividades necesarias para diagnosticar y tratar a los pacientes, irán haciéndose más capaces con el tiempo. Los robots     quizá no puedan limpiarte los dientes o enseñarles a tus hijos todavía, pero eso no significa que no lo vayan a hacer en el futuro.

Dirigir empresas más automatizadas

La automatización podría transformar el entorno laboral para todos, incluyendo a la alta dirección. La rápida evolución de la tecnología puede sacar partido de sus potencialidades y evitar los escollos especialmente complejos.

Por la cuenta que les trae, los altos ejecutivos serán los primeros en identificar donde la automatización puede transformar sus propias organizaciones y a continuación establecer un plan para migrar hacia los nuevos procesos de negocio que posibiliten esa automatización. Como hemos observado, la pregunta clave será dónde y cómo abrir ese grifo de valor, dado el coste de reemplazar el trabajo humano por máquinas. La mayoría de los beneficios pueden venir no de reducir los costes laborales sino de aumentar la productividad mediante menos errores, aumento de resultados y mejora de la calidad, seguridad y velocidad.

Nunca es demasiado pronto para prepararse por el futuro. Para estar listos para los avances de la automatización mañana, los ejecutivos deben retarse a ellos mismos a comprender las tecnologías de datos y de automatización en el horizonte actual. Pero más que datos y destreza tecnológica, es necesario captar el valor de la automatización. Los desafíos más importantes se encuentran en los cambios organizativos y laborales que los líderes deberán afrontar a medida que la automatización cambie totalmente los procesos de negocio, así como la cultura organizativa que tendrá que aprender a contemplar la automatización como una palanca fiable de mejora de la productividad. Los máximos dirigentes de las organizaciones, por su parte, deberán dar libertad de manera opuesta a un siglo precedente de desarrollo organizativo.


*Chui, Michael; Manyika, James; Miremadi, Mehdi. “Where machines could replace humans -and where they can’t (yet)”. McKinsey Quarterly, 07/2016 (Artículo consultado on line el 13/07/2016).

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