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Con la música a otra parte

¿Ha llegado el momento de cambiar de trabajo? Mucha gente no espera a recibir una oferta para planteárselo y busca un cambio en lugar de quedarse en la empresa hasta la jubilación. El principal motivo de insatisfacción es el estancamiento de su carrera.

"Encuentra una buena empresa y jubílate en ella", aconsejaba un empleado de Telefónica a su hija para orientarla sobre su carrera profesional. Paula Allende, hoy directora de la consultora Randstad Search & Research, señala que esa mentalidad del trabajo para toda la vida, que han hecho suya varias generaciones de trabajadores, ha dejado de estar vigente: empezamos a sopesar la satisfacción en el trabajo, la actividad que se nos lleva un tercio de nuestra vida, frente a otros factores como el salario o elmiedo al riesgo de un cambio.

El principal motivo de insatisfacción de los españoles en su trabajo es el estancamiento de su carrera profesional (40%), seguido de la sensación de ser subestimados (30%), señala Covadonga Soto, directora de marketing de Monster.com, mientras que las relaciones con el jefe o la sobrecarga de trabajo son el principal motivo de insatisfacción laboral sólo para el 13% y el 10% de los encuestados. "Cuando empiezas a preguntarte "¿qué pinto yo aquí?" es el momento de cambiar, si no de empresa al menos de proyecto", asegura Ernesto Poveda, socio director de la consultora ICSA. Poveda señala que "cuando ves que el proyecto se ha agotado, que ya no te aporta nada o que no permite que tú aportes un valor añadido a tu empresa es el momento de cambiar de empleo".

Los expertos coinciden en que no hay que esperar a recibir una buena oferta para plantearse un cambio. "Si te hacen una oferta con un sueldo un 30% más alto, obviamente te hacen dudar. Pero quien cambia sólo por dinero al cabo de un año ya está en disposición volver a irse con quien le pague un poco más. La implicación de un trabajador en un proyecto no es por dinero", señala Ernesto Poveda. Según Allende, "hay quien cambia de trabajo porque de su empleo sólo valora el sueldo, mientras que otros gestionan su carrera profesional. Y estos cuando empiezan a notarse desmotivados han de pensar en reorientarse".

No depende de los años, "aunque si alguien cambia con mucha frecuencia de empresa da la sensación de que no se adapta a ninguna", señala Allende. En el otro extremo, "quien lleve cinco o seis años en la firma, sin moverse ni en vertical ni en horizontal y sin perspectiva de hacerlo ha de plantearse qué hacer, excepto si está muy ilusionado", señala la consultora de Randstad. A su juicio, "hay que darse cuenta de que en la empresa van entrando jóvenes, que suben, y uno de ellos algún día será su jefe y le resultará muy complicado asumir el cambio generacional que implica".

El cambio de trabajo está dejando de ser cosa de jóvenes, aunque son estos los más proclives al cambio: muchos no llegan a durar 18 meses en la misma empresa. "La gente más mayor, a partir de los 45 años, tiene otras prioridades más allá del salario, como la flexibilidad o la conciliación con su vida personal. Pero la cultura de la empresa ha cambiado en esos factores: las empresas se han vuelto más inteligentes y son conscientes de que han de dar facilidades para captar o retener a estos trabajadores, tanto los más mayores como por ejemplo las mujeres", señala Paula Allende. Este cambio en los planteamientos en las empresas ha hecho que "en en los últimos meses hayamos visto que ellas se mueven más". Para el responsable de ICSA, igualmente, "hay empresas que prefieren fichar a trabajadores de 30 años, que están más dispuestos a hacer jornadas de 12 horas, pero otras, y especialmente para puestos más sensibles, prefieren la madurez: contratar a alguien que ya se haya equivocado en otro sitio y que con ellos ya vaya a acertar". Los más veteranos, señala Poveda, "tienen también la opción de plantearse montar su propio negocio. Y muchos se empiezan a atrever. Ha de pensar, si tiene una idea, qué nivel de frustración tendrá si no se ha atrevido a intentar materializar sus sueños". Los españoles, con todo, son muy reacios a realizar cambios radicales en su trayectoria laboral. Según Covadonga Soto, "entre los trabajadores hay más miedo al riesgo que en otros países" de los 38 en los que opera Monster.

Las empresas españolas, igualmente, "son menos proclives a coger a un licenciado en Historia, por ejemplo, para el departamento de finanzas. En otros países se valoran las competencias de una manera más amplia: llevar equipos, coordinar proyectos...".

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RosaSalvador , (La Vanguardia)

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"Encuentra una buena empresa y jubílate en ella", aconsejaba un empleado de Telefónica a su hija para orientarla sobre su carrera profesional. Paula Allende, hoy directora de la consultora Randstad Search & Research, señala que esa mentalidad del trabajo para toda la vida, que han hecho suya varias generaciones de trabajadores, ha dejado de estar vigente: empezamos a sopesar la satisfacción en el trabajo, la actividad que se nos lleva un tercio de nuestra vida, frente a otros factores como el salario o elmiedo al riesgo de un cambio.

El principal motivo de insatisfacción de los españoles en su trabajo es el estancamiento de su carrera profesional (40%), seguido de la sensación de ser subestimados (30%), señala Covadonga Soto, directora de marketing de Monster.com, mientras que las relaciones con el jefe o la sobrecarga de trabajo son el principal motivo de insatisfacción laboral sólo para el 13% y el 10% de los encuestados. "Cuando empiezas a preguntarte "¿qué pinto yo aquí?" es el momento de cambiar, si no de empresa al menos de proyecto", asegura Ernesto Poveda, socio director de la consultora ICSA. Poveda señala que "cuando ves que el proyecto se ha agotado, que ya no te aporta nada o que no permite que tú aportes un valor añadido a tu empresa es el momento de cambiar de empleo".

Los expertos coinciden en que no hay que esperar a recibir una buena oferta para plantearse un cambio. "Si te hacen una oferta con un sueldo un 30% más alto, obviamente te hacen dudar. Pero quien cambia sólo por dinero al cabo de un año ya está en disposición volver a irse con quien le pague un poco más. La implicación de un trabajador en un proyecto no es por dinero", señala Ernesto Poveda. Según Allende, "hay quien cambia de trabajo porque de su empleo sólo valora el sueldo, mientras que otros gestionan su carrera profesional. Y estos cuando empiezan a notarse desmotivados han de pensar en reorientarse".

No depende de los años, "aunque si alguien cambia con mucha frecuencia de empresa da la sensación de que no se adapta a ninguna", señala Allende. En el otro extremo, "quien lleve cinco o seis años en la firma, sin moverse ni en vertical ni en horizontal y sin perspectiva de hacerlo ha de plantearse qué hacer, excepto si está muy ilusionado", señala la consultora de Randstad. A su juicio, "hay que darse cuenta de que en la empresa van entrando jóvenes, que suben, y uno de ellos algún día será su jefe y le resultará muy complicado asumir el cambio generacional que implica".

El cambio de trabajo está dejando de ser cosa de jóvenes, aunque son estos los más proclives al cambio: muchos no llegan a durar 18 meses en la misma empresa. "La gente más mayor, a partir de los 45 años, tiene otras prioridades más allá del salario, como la flexibilidad o la conciliación con su vida personal. Pero la cultura de la empresa ha cambiado en esos factores: las empresas se han vuelto más inteligentes y son conscientes de que han de dar facilidades para captar o retener a estos trabajadores, tanto los más mayores como por ejemplo las mujeres", señala Paula Allende. Este cambio en los planteamientos en las empresas ha hecho que "en en los últimos meses hayamos visto que ellas se mueven más". Para el responsable de ICSA, igualmente, "hay empresas que prefieren fichar a trabajadores de 30 años, que están más dispuestos a hacer jornadas de 12 horas, pero otras, y especialmente para puestos más sensibles, prefieren la madurez: contratar a alguien que ya se haya equivocado en otro sitio y que con ellos ya vaya a acertar". Los más veteranos, señala Poveda, "tienen también la opción de plantearse montar su propio negocio. Y muchos se empiezan a atrever. Ha de pensar, si tiene una idea, qué nivel de frustración tendrá si no se ha atrevido a intentar materializar sus sueños". Los españoles, con todo, son muy reacios a realizar cambios radicales en su trayectoria laboral. Según Covadonga Soto, "entre los trabajadores hay más miedo al riesgo que en otros países" de los 38 en los que opera Monster.

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