De vuelta a la universidad
En medicina se descubren nuevas enfermedades y fármacos, los abogados tienen cada año nuevas leyes que aprender y no digamos ya los informáticos... Los avances tecnológicos y el dinamismo del mundo empresarial hacen que los conocimientos de un trabajador queden obsoletos durante su vida laboral. Por esto, la formación continua de los empleados, que antes era un valor añadido, se ha convertido hoy en un requisito para la competitividad de una empresa. Ante este panorama, compañías como Telefónica, IBM, Asepeyo o T-Systems devuelven a sus empleados a la universidad o les ofrecen formación ellas mismas.
"Hoy en día ha desaparecido el paradigma del profesional que piensa que va a ser siempre un especialista. La tecnología y los negocios cambian muy rápidamente, igual que las necesidades de la empresa, y la formación continua aparece como un elemento de reubicación del trabajador casi imprescindible", explica Joan Anton Català, director de recursos humanos de T-Systems Iberia.
El vaivén de la demanda junto a la rigidez de las plantillas provoca que cíclicamente las empresas se encuentren con un déficit de profesionales especializados. Tradicionalmente, los departamentos de recursos humanos habían optado por formar a sus trabajadores con cursos en áreas técnicas o de gestión muy concretas. Ahora esta concepción de formación ha quedado desfasada. Joan Anton Català comenta que "actualmente se prepara a los profesionales dando un sentido a sus nuevas habilidades y ligándolo todo a sus carreras. Se tiene una visión estratégica de la formación, anticipándose a lo que la empresa necesitará de aquí a dos años". La mutua Asepeyo, una de las firmas que tienen universidad corporativa, ha logrado ya que el 70% de su plantilla siga sus cursos. La formación, obligatoria para las nuevas incorporaciones, permite además implicar a todos en los valores y la filosofía de la empresa.
Por esta razón, muchas compañías han dejado de externalizar en las universidades o las escuelas de negocios parte de la formación de sus trabajadores y la ofrecen ellas mismas a través de sus universidades corporativas. Es el caso de T-Systems, que ha impulsado un centro propio de formación para sus empleados conocido como T-University.
"La formación continua es además un buen elemento de fidelización del trabajador para las empresas. El empleado ve que se invierte en él y que se le ofrece un recorrido profesional", explica Català. Pero ¿no es arriesgado invertir tanto dinero en esas universidades y en formar a los trabajadores para que luego se vayan a la competencia? "El riesgo es evidente, por eso hay mecanismos de blindaje contractual y seleccionamos a los profesionales más comprometidos", matiza Català.
ELENA MADERA, acount manager T- Systems Iberia
"Ser seleccionada para la formación es un reconocimiento profesional importante"
"La formación continua es importante para que el profesional se adapte a un entorno cambiante, sobre todo a nivel tecnológico", explica Elena Madera, de 36 años, licenciada en Económicas y directora de cuentas del área de industria y servicios de T-Systems. Tras siete años en la multinacional, la empresa la seleccionó para un programa de máster en desarrollo directivo. "La compañía busca los perfiles más adecuados para cada tipo de formación y me propuso hacer este posgrado", comenta Madera, que añade que "ser seleccionada para este tipo de formación es un reconocimiento profesional importante y una buena manera de que la empresa retenga el talento".
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