Incentivos que se adaptan a su presupuesto
Que la motivación no decaiga. Ésta debería ser una máxima en cualquier empresa, porque una plantilla satisfecha significa un trabajo bien hecho, una mayor productividad y mejores resultados económicos. Por eso, realizar recortes de incentivos no suele ser una buena idea, ya que revierte en la buena marcha de la compañía.
Eso sí, tampoco hace falta tirar la casa por la ventana. El presupuesto para incentivos se puede ajustar dependiendo del momento económico. Cristian Revilla, responsable de incentivos de Grass Roots, ofrece las claves para motivar durante bonanza y crisis eocnómica. Así como los aspectos a tener en cuenta para no fallar.
Cinco claves en un plan de incentivos en época de crisis
- Planes estratégicos con mediciones en el corto plazo por ventas incrementales. Debe de haber un plan estratégico, pero en este caso exige mediciones constantes y objetivos alcanzables en el medio-largo plazo(es la diferencia con la época de bonanza). El objetivo es generar fidelidad y no "subvencionar", hay que otorgar regalos pequeños pero dentro de un plan global estratégico.
- Vinculación emocional. El vínculo emocional con el empleado y la empresa es lo que convierte a un grupo de personas en un gran equipo de profesionales. La identificación con la compañía, la confianza y respeto que se contagia a los demás empleados son los resultados de un buen plan de incentivos que tiene como objeto la empatía y las buenas relaciones laborales. La comunicación interna debe ser el vehículo primordial de estos mensajes a través de los cuales el empleado debe sentirse valorado y recompensado más allá de los bienes materiales.
- Esquema realista adaptado a la situación actual. No es fácil ajustarse a los presupuestos y optimizar los recursos. En épocas de crisis conviene elaborar un programa con incentivos pensados de manera táctica, es decir, esperando una causa-efecto, una respuesta de la persona en cuestión a la que premiamos. Así podemos dar satisfacción a los empleados sin un coste excesivo. Si no tiene dinero para grandes regalos, ofrezca días libres.
- Exigencia en los objetivos. En época de crisis los incentivos deben ser más rápidos y mejor comunicados. La exigencia aumenta en el empleado que necesita una motivación más emocional.
- Rentabilizar la inversión. Ante una situación de menor liquidez, el impacto emocional es lo que puede aportar una empresa y por supuesto, es lo que permanece en la memoria de los empleados. La creatividad y los planteamientos originales contribuyen definitivamente a compensar un presupuesto menor.
Cinco claves para un plan de incentivos para época de bonanza económica
- Incentivos a largo plazo. La inmediatez por el reconocimiento personal sigue siendo importante, pero priman los análisis financieros con los que poder medir resultados y beneficios en un periodo de tiempo más largo.
- Beneficios económicos, premios memorables. Creemos que en todos los casos los premios deben ser memorables, más aún en época de bonanza (conseguir algo que no puedan comprar). Son los más comunes en los planes de incentivos en épocas de mayores presupuestos. Consiguen que el empleado se sienta a gusto siendo premiado.
- Esquema estratégico. Cuando tenemos más tiempo y más dinero para premiar a los empleados, tenemos más margen de actuación. Los planes de incentivos serán más rigurosos y sofisticados con lo que conseguirán un objetivo empresarial mucho más ambicioso.
- Comunicación constante, personal y directa. La comunicación es esencial en un proceso de incentivos. La información tiene que llegar a los empleados de manera constante: cómo lograr incentivos, cómo motivar a los empleados, etc. Una vez conseguido el objetivo, se debe comunicar al empleado de manera personal y directa, nunca a través de intermediarios.
- Mayor gama de posibilidades. Las opciones en cuanto a premios y obsequios pueden ser muy variados. Desde un viaje hasta una elección personal en el catálogo de premios de la empresa, pasando por un beneficio económico o una jornada de descanso.
¿Qué hay que tener en cuenta para evitar errores?
- Analizar el entorno y el presupuesto. Debemos informarnos de cuál es la situación de partida y cuáles son las expectativas de la persona en cuestión.
- Alinear el incentivo con las expectativas del participante. Conocer el coste de la comunicación del incentivo, la tecnología que se requiere o el área de premios es necesario a la hora de ajustarse a los costes.
- Responsabilidad. El premiado debe conocer en todo momento el por qué de la decisión y ser responsable a la hora de recibirlo conociendo la causa y el motivo del premio.
- Comunicación constante. No basta sólo con realizar correctamente el plan de incentivos, sino que debe comunicarse de manera directa y personal al premiado.
- Innovar. Es quizá uno de los requisitos más importantes a la hora de llevar a cabo un plan. La crisis económica nos reclama más imaginación para jugar con los presupuestos.
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Eso sí, tampoco hace falta tirar la casa por la ventana. El presupuesto para incentivos se puede ajustar dependiendo del momento económico. Cristian Revilla, responsable de incentivos de Grass Roots, ofrece las claves para motivar durante bonanza y crisis eocnómica. Así como los aspectos a tener en cuenta para no fallar.
Cinco claves en un plan de incentivos en época de crisis
- Planes estratégicos con mediciones en el corto plazo por ventas incrementales. Debe de haber un plan estratégico, pero en este caso exige mediciones constantes y objetivos alcanzables en el medio-largo plazo(es la diferencia con la época de bonanza). El objetivo es generar fidelidad y no "subvencionar", hay que otorgar regalos pequeños pero dentro de un plan global estratégico.
- Vinculación emocional. El vínculo emocional con el empleado y la empresa es lo que convierte a un grupo de personas en un gran equipo de profesionales. La identificación con la compañía, la confianza y respeto que se contagia a los demás empleados son los resultados de un buen plan de incentivos que tiene como objeto la empatía y las buenas relaciones laborales. La comunicación interna debe ser el vehículo primordial de estos mensajes a través de los cuales el empleado debe sentirse valorado y recompensado más allá de los bienes materiales.
- Esquema realista adaptado a la situación actual. No es fácil ajustarse a los presupuestos y optimizar los recursos. En épocas de crisis conviene elaborar un programa con incentivos pensados de manera táctica, es decir, esperando una causa-efecto, una respuesta de la persona en cuestión a la que premiamos. Así podemos dar satisfacción a los empleados sin un coste excesivo. Si no tiene dinero para grandes regalos, ofrezca días libres.
- Exigencia en los objetivos. En época de crisis los incentivos deben ser más rápidos y mejor comunicados. La exigencia aumenta en el empleado que necesita una motivación más emocional.
- Rentabilizar la inversión. Ante una situación de menor liquidez, el impacto emocional es lo que puede aportar una empresa y por supuesto, es lo que permanece en la memoria de los empleados. La creatividad y los planteamientos originales contribuyen definitivamente a compensar un presupuesto menor.
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- Incentivos a largo plazo. La inmediatez por el reconocimiento personal sigue siendo importante, pero priman los análisis financieros con los que poder medir resultados y beneficios en un periodo de tiempo más largo.
- Beneficios económicos, premios memorables. Creemos que en todos los casos los premios deben ser memorables, más aún en época de bonanza (conseguir algo que no puedan comprar). Son los más comunes en los planes de incentivos en épocas de mayores presupuestos. Consiguen que el empleado se sienta a gusto siendo premiado.
- Esquema estratégico. Cuando tenemos más tiempo y más dinero para premiar a los empleados, tenemos más margen de actuación. Los planes de incentivos serán más rigurosos y sofisticados con lo que conseguirán un objetivo empresarial mucho más ambicioso.
- Comunicación constante, personal y directa. La comunicación es esencial en un proceso de incentivos. La información tiene que llegar a los empleados de manera constante: cómo lograr incentivos, cómo motivar a los empleados, etc. Una vez conseguido el objetivo, se debe comunicar al empleado de manera personal y directa, nunca a través de intermediarios.
- Mayor gama de posibilidades. Las opciones en cuanto a premios y obsequios pueden ser muy variados. Desde un viaje hasta una elección personal en el catálogo de premios de la empresa, pasando por un beneficio económico o una jornada de descanso.
¿Qué hay que tener en cuenta para evitar errores?
- Analizar el entorno y el presupuesto. Debemos informarnos de cuál es la situación de partida y cuáles son las expectativas de la persona en cuestión.
- Alinear el incentivo con las expectativas del participante. Conocer el coste de la comunicación del incentivo, la tecnología que se requiere o el área de premios es necesario a la hora de ajustarse a los costes.
- Responsabilidad. El premiado debe conocer en todo momento el por qué de la decisión y ser responsable a la hora de recibirlo conociendo la causa y el motivo del premio.
- Comunicación constante. No basta sólo con realizar correctamente el plan de incentivos, sino que debe comunicarse de manera directa y personal al premiado.
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