Un currículum para cada etapa profesional
Redactar un buen currículum cuando se busca trabajo o se quiere cambiar de trayectoria profesional es clave. De ello depende, en muchas ocasiones, la posibilidad de acceder a una entrevista. E&E explica las diferencias que deben existir entre la presentación del currículum de un recién licenciado y la de profesionales con más o menos experiencia laboral.
El currículum debe ser el resultado de una elaboración concienzuda por parte del profesional, tanto si está buscando empleo por primera vez como si su objetivo es cambiar de empresa, incorporarse a un proyecto de mayor envergadura o dar un giro a su trayectoria.
Existen diferencias claras entre los currículums que deben elaborar los jóvenes recién licenciados y aquellos candidatos con una edad media de cuarenta años. Según Marta Merino, directora general de Ábaco Siglo XXI, los jóvenes "deben priorizar la formación y los estudios complementarios, pero no dar detalles de calificaciones o remontarse a niveles educativos inferiores". Además, tienen que "resaltar cualquier tipo de experiencia laboral aunque no tenga que ver con su formación ni con el sector en el que buscan empleo", dice Merino. "Ahora también se destacan aptitudes tales como trabajar en equipo, proactividad, ganas de aprender y disponibilidad para viajar", añade.
En cambio, los profesionales con más experiencia comienzan definiendo sus objetivos profesionales, y después su trayectoria laboral en primer lugar, aunque debería invertirse el orden, según los expertos. Merino destaca que estos currículums suelen ser más operativos y funcionales que los realizados por los junior.
Qué debe hacerse
Los más jóvenes deben destacar en primer lugar su formación y los idiomas y también si han tenido alguna experiencia de trabajo temporal o internacional. "Los senior deben dar prioridad a su bagaje profesional y después a la formación", afirma María Luisa Riobòo, directora de selección y desarrollo de la empresa Psicotec, quien hace hincapié en que se debe ser claro, conciso y no dar lugar a ambigüedades.
Lourdes Cosío, directora general de CVexplorer –un portal donde los directivos predispuestos al cambio de trabajo pueden poner su currículum a la vista de cazatalentos y empresas de selección–, afirma que "la diferencia entre un candidato y otro la marca la experiencia y en eso hay que insistir". Pablo Urquijo, director de la firma de selección Michael Page en Madrid, explica que "además, en los perfiles con más bagage se permite incluso añadir un anexo que recoja los puestos de responsabilidad desempeñados y los objetivos logrados en cada uno de ellos", afirma. "No está de más resumir en cuatro puntos la actividad de la compañía, el sector en el que opera y qué trabajos se han desempeñado en la misma", añade.
En el caso de los directivos mayores de cincuenta años es imprescindible adjuntar un apartado con las funciones que se han desempeñado en la empresa y qué se ha conseguido en cada momento. Merino asegura que "también deben destacar las habilidades y competencias personales y el networking adquirido a lo largo de su trayectoria profesional".
Facilitar la comprensión
Cosío afirma que no es necesario "seguir a rajatabla un formato preestablecido, siempre y cuando se consiga dar una idea rápida de los conocimientos que se tienen". También es muy importante presentar la información con claridad y con una estructura homogénea, para facilitar la comprensión. "Si el candidato se decide por una presentación más novedosa (en cuanto a formato, colores, fuentes, etcétera), debe asegurarse de que destaca su currículum de forma positiva. Si se duda, es mejor no hacerlo; no debe sacrificarse la claridad por intentar llamar la atención", añade Cosío. Para los senior aconseja "citar la fecha de comienzo y fin del último empleo, nombre exacto y breve descripción de la empresa y división en la que trabajaba, cargo, a quién y quién le reportaba a él y el motivo por el que quiere dejar su actual puesto. Hay que tener en cuenta que el headhunter intenta situar a la persona dentro de un contexto general".
¿Cuándo es necesaria una carta de presentación?
La carta de presentación es considerada, principalmente, un documento de cortesía y no un elemento que aporte valor añadido a una candidatura de búsqueda de empleo.
Según Pablo Urquijo, director ejecutivo de Michael Page en Madrid, la carta de presentación no es tan necesaria como se cree, porque para evaluar a un profesional el currículum es el primer instrumento que se utiliza. Sin embargo, María Rubio, consultora de selección de Tea Cegos, cree que en el caso de las candidaturas espontáneas debe adjuntarse. "Es una buena manera de presentarse, sintetizar la trayectoria profesional y la motivación que te ha llevado a enviar el currículum a esa empresa en concreto", explica Rubio.
Urquijo apunta que "se puede escribir una carta para darse a conocer a una compañía determinada, para explicar cuál es la situación profesional del candidato en un momento concreto o para recoger información adicional que no se incluye en el currículum, pero siempre teniendo en cuenta que no discrimina.
Para que resulte eficaz, debe ser breve y concisa. Hay que evitar que se convierta en un mero resumen de la información que ya se ha dado en el currículum y es un buen escaparate para precisar las competencias y habilidades del candidato.
Según María Luisa Riobòo, directora de selección y desarrollo de la consultora Psicotec, dos párrafos deberían ser suficientes, aunque hay quien prefiere completar la página. En el primer párrafo se recomienda describir las características y las cualidades que presenta el candidato en función de los requisitos de la oferta, que puede incluso describirse para facilitar la labor al consultor que supervisa la candidatura.
En un segundo párrafo hay que explicar los motivos por los que se aplica a la oferta de trabajo concreta: incorporarse a un nuevo proyecto, desarrollar la carrera profesional, etcétera.
La despedida debe realizarse de forma cordial y puede aprovecharse para solicitar una entrevista personal en la que pueda argumentar más ampliamente aquello que se ha expuesto.
La carta debe enviarse siempre con el currículum, y si se desea, puede entregarse con referencias y documentos que sean de interés para el profesional que realice la evaluación. Por evidente que resulte no hay que olvidar escribir el nombre y apellidos al final del texto al igual que firmarla.
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Existen diferencias claras entre los currículums que deben elaborar los jóvenes recién licenciados y aquellos candidatos con una edad media de cuarenta años. Según Marta Merino, directora general de Ábaco Siglo XXI, los jóvenes "deben priorizar la formación y los estudios complementarios, pero no dar detalles de calificaciones o remontarse a niveles educativos inferiores". Además, tienen que "resaltar cualquier tipo de experiencia laboral aunque no tenga que ver con su formación ni con el sector en el que buscan empleo", dice Merino. "Ahora también se destacan aptitudes tales como trabajar en equipo, proactividad, ganas de aprender y disponibilidad para viajar", añade.
En cambio, los profesionales con más experiencia comienzan definiendo sus objetivos profesionales, y después su trayectoria laboral en primer lugar, aunque debería invertirse el orden, según los expertos. Merino destaca que estos currículums suelen ser más operativos y funcionales que los realizados por los junior.
Qué debe hacerse
Los más jóvenes deben destacar en primer lugar su formación y los idiomas y también si han tenido alguna experiencia de trabajo temporal o internacional. "Los senior deben dar prioridad a su bagaje profesional y después a la formación", afirma María Luisa Riobòo, directora de selección y desarrollo de la empresa Psicotec, quien hace hincapié en que se debe ser claro, conciso y no dar lugar a ambigüedades.
Lourdes Cosío, directora general de CVexplorer –un portal donde los directivos predispuestos al cambio de trabajo pueden poner su currículum a la vista de cazatalentos y empresas de selección–, afirma que "la diferencia entre un candidato y otro la marca la experiencia y en eso hay que insistir". Pablo Urquijo, director de la firma de selección Michael Page en Madrid, explica que "además, en los perfiles con más bagage se permite incluso añadir un anexo que recoja los puestos de responsabilidad desempeñados y los objetivos logrados en cada uno de ellos", afirma. "No está de más resumir en cuatro puntos la actividad de la compañía, el sector en el que opera y qué trabajos se han desempeñado en la misma", añade.
En el caso de los directivos mayores de cincuenta años es imprescindible adjuntar un apartado con las funciones que se han desempeñado en la empresa y qué se ha conseguido en cada momento. Merino asegura que "también deben destacar las habilidades y competencias personales y el networking adquirido a lo largo de su trayectoria profesional".
Facilitar la comprensión
Cosío afirma que no es necesario "seguir a rajatabla un formato preestablecido, siempre y cuando se consiga dar una idea rápida de los conocimientos que se tienen". También es muy importante presentar la información con claridad y con una estructura homogénea, para facilitar la comprensión. "Si el candidato se decide por una presentación más novedosa (en cuanto a formato, colores, fuentes, etcétera), debe asegurarse de que destaca su currículum de forma positiva. Si se duda, es mejor no hacerlo; no debe sacrificarse la claridad por intentar llamar la atención", añade Cosío. Para los senior aconseja "citar la fecha de comienzo y fin del último empleo, nombre exacto y breve descripción de la empresa y división en la que trabajaba, cargo, a quién y quién le reportaba a él y el motivo por el que quiere dejar su actual puesto. Hay que tener en cuenta que el headhunter intenta situar a la persona dentro de un contexto general".
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La carta de presentación es considerada, principalmente, un documento de cortesía y no un elemento que aporte valor añadido a una candidatura de búsqueda de empleo.
Según Pablo Urquijo, director ejecutivo de Michael Page en Madrid, la carta de presentación no es tan necesaria como se cree, porque para evaluar a un profesional el currículum es el primer instrumento que se utiliza. Sin embargo, María Rubio, consultora de selección de Tea Cegos, cree que en el caso de las candidaturas espontáneas debe adjuntarse. "Es una buena manera de presentarse, sintetizar la trayectoria profesional y la motivación que te ha llevado a enviar el currículum a esa empresa en concreto", explica Rubio.
Urquijo apunta que "se puede escribir una carta para darse a conocer a una compañía determinada, para explicar cuál es la situación profesional del candidato en un momento concreto o para recoger información adicional que no se incluye en el currículum, pero siempre teniendo en cuenta que no discrimina.
Para que resulte eficaz, debe ser breve y concisa. Hay que evitar que se convierta en un mero resumen de la información que ya se ha dado en el currículum y es un buen escaparate para precisar las competencias y habilidades del candidato.
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En un segundo párrafo hay que explicar los motivos por los que se aplica a la oferta de trabajo concreta: incorporarse a un nuevo proyecto, desarrollar la carrera profesional, etcétera.
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