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La conciliación de los horarios queda lejos

Según un estudio, sólo el 18% de las empresas catalanas intenta conciliar vida personal y profesional. Entre las políticas con mayor índice de implantación figura el horario laboral flexible y la utilización de la videoconferencia y el teledespacho.

Las empresas catalanas se muestran más que remisas a la hora de implantar medidas que permitan conciliar la vida profesional y personal de sus trabajadores. De hecho sólo el 18% de las radicadas en Catalunya cuenta con un programa de conciliación frente al 22% de la media española, según datos facilitados por el Instituto de Estudios Sociales y Económicos (IESE). Estos datos ponen en entredicho la actuación de los empresarios catalanes frente a un futuro que, según distintos estudios, debe mejorar la calidad de vida del trabajador, lo que influirá en una notable mejora de su productividad.

El estudio señala que entre las políticas con mayor índice de implantación en empresas catalanas figura el horario laboral flexible y la utilización de la videoconferencia y el teledespacho. Los resultados del informe se basan en el análisis de 74 empresas ubicadas en Catalunya, 51 de ellas con más de 250 empleados, y a nivel español se analizaron 108 empresas, 85 con más de 250 empleados.

En los últimos años, muchas han sido las voces que se han levantado contra los largos, extensos e improductivos horarios laborales españoles, que impiden al trabajador tener una vida personal saludable - ver a los amigos, llevar a los niños al colegio o, simplemente, ir al cine-. Tanto es así que hasta en el Congreso de los Diputados se ha creado una subcomisión específica para estudiar qué hacer para mejorar la vida de los trabajadores, reducir los costes por bajas laborales asociadas al estrés, los accidentes de trabajo - incluidos los de desplazamiento- e incrementar la productividad de las empresas que, a día de hoy, es de las más bajas de la UE de los Quince, según la OCDE.

Pero esta preocupación no parece haber llegado a los empresarios catalanes. La inmensa mayoría ni siquiera se ha planteado en un futuro inmediato poner en marcha medidas de conciliación que, a decir de sectores empresariales, sindicales y gubernamentales, es una se las "armas" que tendrá que utilizar las empresas para poder competir en un mundo cada vez más globalizado. Según distintos informes, Europa en general y España en particular, tendrán que competir en servicios y calidad y para ello precisará de personal cualificado que esté motivado.

Estos son algunos de los argumentos que se esgrimieron en la reunión que mantuvieron empresarios, abogados especializados en el sector laboral e investigadores en la Conselleria de Treball i Indústria en octubre del año 2003 para analizar la tendencia en años venideros. Asistentes a la citada reunión señalaron que en pocos años tanto en Catalunya (a partir del 2006) como en el resto de España (desde el 2010) habría un problema importante a la hora de encontrar un determinado tipo de trabajador, principalmente, directivos y ejecutivos medios y obreros profesionales. "De hecho - señalan desde el IESE- ya existen problemas para encontrar y retener a determinados ejecutivos y trabajadores cualificados".

¿Qué hacer para retener a esos trabajadores? La fórmula, según los asistentes a esa reunión, era ofrecer "otros servicios", encaminados a conciliar la vida personal y profesional. Es decir, más que un gran salario - que también-, lo que haría a un empleado ser fiel a una empresa sería: horarios flexibles, asistencia a sus dependientes o dar facilidades para trabajar desde casa.

Pero, a tenor de lo ocurrido dos años y medio después en Catalunya, parece que las conclusiones de esa reunión no han calado en el empresariado catalán. Como tampoco lo han hecho otros estudios que apuntan en la misma dirección, como el elaborado por el Círculo de Empresarios a finales del 2005. Este organismo señala que, en un marco de integración económico, con grandes potencias como China e India, "las empresas españolas han de buscar vías de competir diferentes de los costes laborales". En este campo, consideran que las políticas de conciliación "representan una verdadera oportunidad para mejorar el funcionamiento de una organización a través de una gestión más eficiente de los recursos humanos". Desde el Círculo se insiste en que en España se produce una "ineficiente gestión del tiempo", factor esencial a la hora de conciliar la vida personal y profesional. "La baja productividad y la inadecuada gestión del tiempo son de una importancia creciente, ya que la competitividad de las empresas se basará cada vez más en actividades con mayor valor añadido en las que, por tanto, el capital humano es muy importante", señala el citado informe.

Esta asociación, creada hace casi 30 años por altos ejecutivos, señala que, además de la competitividad, España se enfrenta al cambio demográfico: "Las cohortes de población que llegarán a la edad de trabajar en los próximos quince años representan un número de trabajadores potenciales inferior al total de quienes se jubilarán". Ante este panorama, el mejor instrumento que tiene el empresario, dicen, es introducir criterios conciliadores, encaminados a reorganizar horarios y aplicar nuevas tecnologías, a favor de la calidad de vida del empleado. Ante el posible rechazo de los empresarios, los autores advierten que "la conciliación no ha de identificarse con un afán de trabajar menos, sino de mejorar la organización e incrementar la productividad".

Pese a todos estos argumentos, los empresarios están demorando su incorporación a este nuevo modelo. Según Nuria Chinchilla, directora del Centro Internacional de Trabajo y Familia del IESE, tienen aún problemas para analizar la situación más allá del corto plazo. "Los costes por bajas laborales a causa del estrés y la desmotivación, y la baja productividad no son evaluados porque no se ven en el momento. En cambio sí ven directamente el coste que tiene aplicar programas de conciliación", señala Chinchilla.

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En busca del tiempo perdido

CelesteLópez , (La Vanguardia)

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Según un estudio, sólo el 18% de las empresas catalanas intenta conciliar vida personal y profesional. Entre las políticas con mayor índice de implantación figura el horario laboral flexible y la utilización de la videoconferencia y el teledespacho.

Las empresas catalanas se muestran más que remisas a la hora de implantar medidas que permitan conciliar la vida profesional y personal de sus trabajadores. De hecho sólo el 18% de las radicadas en Catalunya cuenta con un programa de conciliación frente al 22% de la media española, según datos facilitados por el Instituto de Estudios Sociales y Económicos (IESE). Estos datos ponen en entredicho la actuación de los empresarios catalanes frente a un futuro que, según distintos estudios, debe mejorar la calidad de vida del trabajador, lo que influirá en una notable mejora de su productividad.

El estudio señala que entre las políticas con mayor índice de implantación en empresas catalanas figura el horario laboral flexible y la utilización de la videoconferencia y el teledespacho. Los resultados del informe se basan en el análisis de 74 empresas ubicadas en Catalunya, 51 de ellas con más de 250 empleados, y a nivel español se analizaron 108 empresas, 85 con más de 250 empleados.

En los últimos años, muchas han sido las voces que se han levantado contra los largos, extensos e improductivos horarios laborales españoles, que impiden al trabajador tener una vida personal saludable - ver a los amigos, llevar a los niños al colegio o, simplemente, ir al cine-. Tanto es así que hasta en el Congreso de los Diputados se ha creado una subcomisión específica para estudiar qué hacer para mejorar la vida de los trabajadores, reducir los costes por bajas laborales asociadas al estrés, los accidentes de trabajo - incluidos los de desplazamiento- e incrementar la productividad de las empresas que, a día de hoy, es de las más bajas de la UE de los Quince, según la OCDE.

Pero esta preocupación no parece haber llegado a los empresarios catalanes. La inmensa mayoría ni siquiera se ha planteado en un futuro inmediato poner en marcha medidas de conciliación que, a decir de sectores empresariales, sindicales y gubernamentales, es una se las "armas" que tendrá que utilizar las empresas para poder competir en un mundo cada vez más globalizado. Según distintos informes, Europa en general y España en particular, tendrán que competir en servicios y calidad y para ello precisará de personal cualificado que esté motivado.

Estos son algunos de los argumentos que se esgrimieron en la reunión que mantuvieron empresarios, abogados especializados en el sector laboral e investigadores en la Conselleria de Treball i Indústria en octubre del año 2003 para analizar la tendencia en años venideros. Asistentes a la citada reunión señalaron que en pocos años tanto en Catalunya (a partir del 2006) como en el resto de España (desde el 2010) habría un problema importante a la hora de encontrar un determinado tipo de trabajador, principalmente, directivos y ejecutivos medios y obreros profesionales. "De hecho - señalan desde el IESE- ya existen problemas para encontrar y retener a determinados ejecutivos y trabajadores cualificados".

¿Qué hacer para retener a esos trabajadores? La fórmula, según los asistentes a esa reunión, era ofrecer "otros servicios", encaminados a conciliar la vida personal y profesional. Es decir, más que un gran salario - que también-, lo que haría a un empleado ser fiel a una empresa sería: horarios flexibles, asistencia a sus dependientes o dar facilidades para trabajar desde casa.

Pero, a tenor de lo ocurrido dos años y medio después en Catalunya, parece que las conclusiones de esa reunión no han calado en el empresariado catalán. Como tampoco lo han hecho otros estudios que apuntan en la misma dirección, como el elaborado por el Círculo de Empresarios a finales del 2005. Este organismo señala que, en un marco de integración económico, con grandes potencias como China e India, "las empresas españolas han de buscar vías de competir diferentes de los costes laborales". En este campo, consideran que las políticas de conciliación "representan una verdadera oportunidad para mejorar el funcionamiento de una organización a través de una gestión más eficiente de los recursos humanos". Desde el Círculo se insiste en que en España se produce una "ineficiente gestión del tiempo", factor esencial a la hora de conciliar la vida personal y profesional. "La baja productividad y la inadecuada gestión del tiempo son de una importancia creciente, ya que la competitividad de las empresas se basará cada vez más en actividades con mayor valor añadido en las que, por tanto, el capital humano es muy importante", señala el citado informe.

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Pese a todos estos argumentos, los empresarios están demorando su incorporación a este nuevo modelo. Según Nuria Chinchilla, directora del Centro Internacional de Trabajo y Familia del IESE, tienen aún problemas para analizar la situación más allá del corto plazo. "Los costes por bajas laborales a causa del estrés y la desmotivación, y la baja productividad no son evaluados porque no se ven en el momento. En cambio sí ven directamente el coste que tiene aplicar programas de conciliación", señala Chinchilla.

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