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Empresas sin titubeos

Cuatro grandes compañías explican la estrategia que aplicaron para imponer las restricciones antitabaco: IBM España, Hoteles Sol Meliá, Cavas Codorniu y Cervexas Damm. Sólo una permite que los empleados salgan a fumar.

El éxito, o la ausencia de conflictos, con que los trabajadores están asumiendo la ley antitabaco en sus empresas depende de si la declaración de espacio libre de humo la ha suscrito, sin titubeos, su director general; de que todos los empleados se hayan pronunciado en una encuesta anónima, y de que se ayude a los fumadores. Esos requisitos figuran en el plan que las empresas españolas, en especial las grandes, prepararon en los últimos meses del 2005. Quienes debieron ejecutar esos objetivos en empresas como IBM España, las cavas Codorniu y Damm eran fumadores cuando recibieron el encargo. Ahora son ex. Representantes de cuatro grandes compañías explicaron ayer cómo se han adaptado a la ley.

IBM ESPAÑA
"Aquí, cada año dejan de fumar 40 personas"

El aspecto de la ley antitabaco que más incógnitas mantiene en muchas empresas --si se permite o no salir a fumar al aire libre-- no ha generado conflicto alguno en IBM, empresa norteamericana instalada en España hace 80 años. Su director de recursos humanos, Pablo Pastor, reconoció ayer, en un encuentro de empresarios organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), que esta compañía es una excepción dentro de la filosofía laboral española.

"En IBM se trabaja por resultados, no por horas frente al puesto de trabajo --explicó Pastor--. El empleado que quiere puede salir a fumar al aire libre o trabajar desde casa. No medimos sus tiempos. Pensamos que quien quiere distraerse puede hacerlo igual sin moverse de su puesto de trabajo, conversando, o yendo al lavabo".

Pastor fumaba un paquete diario el día en que la dirección le anunció que debía diseñar un programa de prevención del tabaquismo, en 1997. En sus sedes de EEUU, el tabaco estaba vetado desde hacía años. El plan español se aplicó en el 2001, aunque se abrieron unas salas para fumar que desde el 1 de enero han desaparecido.

"Poco a poco, la cultura del fumador de IBM ha ido evolucionando --explicó--. Nuestra experiencia nos dice que en este asunto no se puede ser tibio. Se toma una decisión y se adoptan medidas para ayudar al fumador desde el servicio médico. En IBM, cada año dejan de fumar unas 40 personas".

HOTELES SOL MELIÁ
"Los carteles y las leyes son insuficientes"

En los hoteles, como es el caso de la cadena Sol Meliá, las medidas antitabaco tienen dos receptores: trabajadores y huéspedes, además de muchos pasillos y habitaciones en los que es imposible eliminar el humo de no ser porque cada cual aplica una fuerte "corresponsabilidad", término que el director de prevención tabáquica de la compañía, Antonio Siquier, definió como premisa ineludible en su sector.

"Los carteles son insuficientes para acabar con el humo en un hotel --aseguró--. Las imposiciones invocando una ley no han sido eficaces: en España se han aprobado desde 1995 cinco leyes que aluden al tabaco. Si se hubieran cumplido, ya no se fumaría".

La estrategia antitabaco de los hoteles Sol Meliá se inició en 1996. Ahora reservan un 30% de sus habitaciones a clientes fumadores, y han incorporado un recurso innovador: cada hotel dispone de una unidad de deshabituación tabáquica, con médico, enfermera y psicólogo. Les falta por resolver un asunto que, como otros empresarios del sector, consideran espinoso: ¿qué ocurrirá si un trabajador del área de fumadores de sus restaurantes o habitaciones denuncia que se está lesionando su salud? "La profesión de camarero o empleado de sala de fiestas acabará siendo considerada de altísimo riesgo", avanzó Siquier.

CAVAS CODORNIU
"Los vendedores no fuman en el coche de la empresa"

Adela Beneit, responsable de prevención del tabaquismo en las cavas Codorniu, fumó hasta hace un mes. "Aún estoy en situación difícil", dijo ayer. Su estrategia antihumo, tanto en las bodegas como en las oficinas, ha mezclado información a los empleados, diálogo con los sindicatos, oferta de programas de deshabituación pagados por la empresa y, finalmente, decisiones claras y enérgicas.

"¿Salir a fumar al aire libre? No, porque los trabajadores de líneas de producción, que no pueden moverse, quedarían discriminados --explicó--. Los vendedores no fuman en el coche de la empresa, ni tampoco quien sale a hacer encargos". Los fumadores están contentos, dijo.

CERVEZAS DAMM
Terapia de grupo para recuperar el paladar

"Yo también soy exfumador", confesó, tras presentarse, Antonio García Soto, responsable antitabaco del Grupo Damm. "Un día, hace seis años --añadió--, me encontré con un cigarrillo en una mano, un bolígrafo en la otra y un documento, que debía firmar, en el que se anunciaba que la empresa ya no permitía fumar. Pensé que no era posible. No firmé". El director general lo convenció. "Apeló a la salud, la higiene y la seguridad".

Él mismo, y otros 15 compañeros, se integraron en un grupo de terapia psicológica antitabaco que ofrecía el Instituto Municipal de Salud Pública de Barcelona. "Recuerdo que nunca nos hablaron de lo malo que es el tabaco, sino de lo bien que nos sentiríamos cuando recuperáramos el olfato, el paladar para degustar una cerveza... Al acabar nos invitaron a una cena dirigida a descubrir los sabores que nos había ocultado el tabaco". En noviembre del 2000, la dirección declaró el fin del tabaco. Ahora está asumido, asegura.

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París obliga a las empresas a ejercer de barrenderos municipales

ÀngelsGallardo , (El Periódico)

ÀngelsGallardo , (El Periódico)

Cuatro grandes compañías explican la estrategia que aplicaron para imponer las restricciones antitabaco: IBM España, Hoteles Sol Meliá, Cavas Codorniu y Cervexas Damm. Sólo una permite que los empleados salgan a fumar.

El éxito, o la ausencia de conflictos, con que los trabajadores están asumiendo la ley antitabaco en sus empresas depende de si la declaración de espacio libre de humo la ha suscrito, sin titubeos, su director general; de que todos los empleados se hayan pronunciado en una encuesta anónima, y de que se ayude a los fumadores. Esos requisitos figuran en el plan que las empresas españolas, en especial las grandes, prepararon en los últimos meses del 2005. Quienes debieron ejecutar esos objetivos en empresas como IBM España, las cavas Codorniu y Damm eran fumadores cuando recibieron el encargo. Ahora son ex. Representantes de cuatro grandes compañías explicaron ayer cómo se han adaptado a la ley.

IBM ESPAÑA
"Aquí, cada año dejan de fumar 40 personas"

El aspecto de la ley antitabaco que más incógnitas mantiene en muchas empresas --si se permite o no salir a fumar al aire libre-- no ha generado conflicto alguno en IBM, empresa norteamericana instalada en España hace 80 años. Su director de recursos humanos, Pablo Pastor, reconoció ayer, en un encuentro de empresarios organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), que esta compañía es una excepción dentro de la filosofía laboral española.

"En IBM se trabaja por resultados, no por horas frente al puesto de trabajo --explicó Pastor--. El empleado que quiere puede salir a fumar al aire libre o trabajar desde casa. No medimos sus tiempos. Pensamos que quien quiere distraerse puede hacerlo igual sin moverse de su puesto de trabajo, conversando, o yendo al lavabo".

Pastor fumaba un paquete diario el día en que la dirección le anunció que debía diseñar un programa de prevención del tabaquismo, en 1997. En sus sedes de EEUU, el tabaco estaba vetado desde hacía años. El plan español se aplicó en el 2001, aunque se abrieron unas salas para fumar que desde el 1 de enero han desaparecido.

"Poco a poco, la cultura del fumador de IBM ha ido evolucionando --explicó--. Nuestra experiencia nos dice que en este asunto no se puede ser tibio. Se toma una decisión y se adoptan medidas para ayudar al fumador desde el servicio médico. En IBM, cada año dejan de fumar unas 40 personas".

HOTELES SOL MELIÁ
"Los carteles y las leyes son insuficientes"

En los hoteles, como es el caso de la cadena Sol Meliá, las medidas antitabaco tienen dos receptores: trabajadores y huéspedes, además de muchos pasillos y habitaciones en los que es imposible eliminar el humo de no ser porque cada cual aplica una fuerte "corresponsabilidad", término que el director de prevención tabáquica de la compañía, Antonio Siquier, definió como premisa ineludible en su sector.

"Los carteles son insuficientes para acabar con el humo en un hotel --aseguró--. Las imposiciones invocando una ley no han sido eficaces: en España se han aprobado desde 1995 cinco leyes que aluden al tabaco. Si se hubieran cumplido, ya no se fumaría".

La estrategia antitabaco de los hoteles Sol Meliá se inició en 1996. Ahora reservan un 30% de sus habitaciones a clientes fumadores, y han incorporado un recurso innovador: cada hotel dispone de una unidad de deshabituación tabáquica, con médico, enfermera y psicólogo. Les falta por resolver un asunto que, como otros empresarios del sector, consideran espinoso: ¿qué ocurrirá si un trabajador del área de fumadores de sus restaurantes o habitaciones denuncia que se está lesionando su salud? "La profesión de camarero o empleado de sala de fiestas acabará siendo considerada de altísimo riesgo", avanzó Siquier.

CAVAS CODORNIU
"Los vendedores no fuman en el coche de la empresa"

Adela Beneit, responsable de prevención del tabaquismo en las cavas Codorniu, fumó hasta hace un mes. "Aún estoy en situación difícil", dijo ayer. Su estrategia antihumo, tanto en las bodegas como en las oficinas, ha mezclado información a los empleados, diálogo con los sindicatos, oferta de programas de deshabituación pagados por la empresa y, finalmente, decisiones claras y enérgicas.

"¿Salir a fumar al aire libre? No, porque los trabajadores de líneas de producción, que no pueden moverse, quedarían discriminados --explicó--. Los vendedores no fuman en el coche de la empresa, ni tampoco quien sale a hacer encargos". Los fumadores están contentos, dijo.

CERVEZAS DAMM
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"Yo también soy exfumador", confesó, tras presentarse, Antonio García Soto, responsable antitabaco del Grupo Damm. "Un día, hace seis años --añadió--, me encontré con un cigarrillo en una mano, un bolígrafo en la otra y un documento, que debía firmar, en el que se anunciaba que la empresa ya no permitía fumar. Pensé que no era posible. No firmé". El director general lo convenció. "Apeló a la salud, la higiene y la seguridad".

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