El concepto de neurodiversidad fue descrito por primera vez en 1998 por la socióloga y activista Judy Signer que lo concibió como un sinónimo de biodiversidad neurológica. Se estima que entre el 15% y el 20% de la población tiene un desarrollo neurológico distinto del de la mayoría de la población. A estas personas se las conoce como neuroatípicas o neurodivergentes.
- Entre las personas que definimos como neuroatípicas encontramos individuos con autismo (TEA), dislexia, TDAH, síndrome de Tourette, discalculia, digrafía, etc.
- El talento neurodivergente puede ser una oportunidad para las organizaciones para encontrar nuevas soluciones y escapar del groupthinking (cuando todo el grupo piensa siempre de la misma manera), fidelizar el talento y, en algunos casos, cumplir con la normativa de contratación.

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